domingo, 24 de agosto de 2014

Mujer

Yo me pregunto y me repregunto, a lo largo de los días
de qué figura ancestral y remota vendrá a mí
este deseo ilícito de desaparecerte de la faz de la tierra.
Será de algún ser fantasmal del cual heredé la sangre
propensa a hervir de fervores y rabias 
Será de aquella loba, madre de todas las madres
la alquimista del sol 
o de la osa, de la araña, de la serpiente venenosa y mujer
Y yo creo que es cuestión del origen
porque habita en cada célula, partícula, cromosoma xx
¿Entonces cual? ¿Cual es la razón?
Temo que mi memoria no es tan vieja, pero tampoco tan absurda
como para perturbarse y perderse en los recuerdos que nunca fueron.
Y termino siendo yo la pesada, la insistente
que ruge y no le gusta como ruge,
cuidando la identidad como quien cuida a un niño.
Me desespera mi actuar cada vez que aúllo,
cada vez que huyo. 
Porque no se de dónde vino, ni por qué vino
pero si sé que está
y es imbatible. 

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