Alaridos

Alaridos de agonía, pesadumbre, amargura, melancolía

Se convierten de repente en una suave melodía

Acordes sedados

Cambian nuevamente para convertirse en chillidos

Solo se expresan, no esperan gustar ni complacer. Más si cautivar.

Alaridos de ira, batalla, rebeldía.

Dulce música, dulce ser.

Alaridos de libertad, osadía, orgullo, felicidad.

Música, puente entre su mente y la realidad. 

Ser oscuro

Las miradas se entrecruzan 
Te siento, me sentís
Una cierta distancia aún yace entre nosotros
Tiemblo, solo puedo pensar en temblar
Tan tenaz que me creía
Y en pocos segundos me doblegaste como hoja de papel
Lucho contra el temor que me provoca el no conocerte
Y logro acercarme un poco.
Vos tan confiado y paciente
Yo tan ingenua y curiosa
La distancia se acorta entre nosotros
Ya comienzo a sentir el calor
Al principio es cálido, placentero
Siento una conexión con el todo que me rodea
Un éxtasis se apodera de mis sentidos
Luego, de mis entrañas
Hasta exaltarme hasta el espíritu
Y justo cuando estoy a punto de fundirme con tu cuerpo
El gozo desaparece
Y se adueña de mi un tormento
Que enmaraña todo lo que soy y lo que pude ser
Tu figura tan celestial se transforma en oscuridad
Me pesan los sentimientos, las extremidades
Y el vacío que dejaste
Cuando me arrancaste la razón
Y me dejaste tonta, solitaria
digna de humillación
Vos tan cauteloso y despiadado
Yo tan presa aún de vos.

Realidad

Y de repente descubro que en la oscuridad
me encuentro a mi misma.
Pero este mar de lágrimas parece eterno
y solo crece en la penumbra.
Los espejos reflejan mis cicatrices a flor de piel
rojas, profundas.
Solía ser todo tan bello, de ensueño
una utopía tan barata.
El sentido hoy escapa a mi razón
y hasta las madrugadas me confunden.
Me uno a esos ciegos
que vagan creyendo ver.
A los mentirosos
que defienden la verdad.
A los fantasmas
que no saben que están muertos.
A los ignorantes por elección.
A los pensamientos que desean ser sueños,
y a los sueños que sueñan ser realidad.