Me contuvo en mis penas, celebró mis triunfos
Me abrigó en los días helados, secó mis lágrimas con dulzura
Y hoy no cambió, y sé que nunca lo hará.
Algo nos une que es más grande que cualquier defecto
más fuerte que las peleas
más real que la distancia que nos separa.
Será obstinada, repetitiva, franca o hasta engorrosa
pero nada supera su fuerza, su ternura.
Si algo me enseñó en esta vida es a luchar
luchar por mis sueños, por mis derechos, para ganar mi respeto.
No ató mis alas, me dejó partir.
Más allá de su dolor, siempre estuvo para mí.
Si leer un cuento la hiciera feliz toda su vida
se lo escribiría todos los días.
Puedo estar tranquila de que una cosa es segura
en medio de esta realidad inestable
y es que nuestro lazo nunca se romperá.